CAPITULO 18
CAPITULO 18
N/A: El siguiente fic contiene lenguaje adulto y sexo explícito. Menores de 18 leen bajo su responsabilidad.
Candela estaba sola en su casa, completamente aburrida. Había pensado que esa mañana podría cargar un poco de energías con su profe, pero los planes no habían resultado. Debería buscar calor en otro lado, y sabía perfectamente donde quería hacerlo.
Sin embargo, tenia dudas. Si bien ya había estado dos veces con ese morocho divino, amigo y compañero de su hermano, se preguntaba si no sería demasiado ser tan directa. Aun asi, despues de varias idas y vueltas, se decidió a llamarlo.
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Vico estaba haciendo unos trámites, agobiado por el calor y la multitud de la ciudad. Eran cerca de las 15hs cuando finalmente llegó a su departamento. Dejó sus cosas en la mesa y se dejó caer en el sillón, con los ojos cerrados, tratando de disfrutar de esa calma de llegar a casa, cuando fue interrumpido por su teléfono, que sonaba fuertemente.
Con los ojos todavía entrecerrados, atendió.
- Hola...
- Hola papu, ¿cómo andas?- preguntó una voz entusiasmada del otro lado.
- ¡Nico! ¿qué haces negro? ¡Tanto tiempo!
- Si, la verdad que hace banda que no nos juntamos. Justamente para eso te llamaba. ¿Haces algo esta noche? Podemos juntarnos a comer algo y ponernos al día...
- Si, me parece perfecto, che! Esta noche estoy libre. Venite para casa y pedimos algo, ¿querés?
- Dale ¿a que hora paso?
- Venite tipo 21 o 22... ¿tenes la dire no?
- Si, no te preocupes, papu. Te veo mas tarde. Abrazo.
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Ocupado. Una y otra vez.
Tenía que ser una señal. Resignada volvió a tirarse en la cama.
No podía ser que fuera viernes y ella, Candela Vetrano, no tuviera un plan para esa noche.
Malhumorada y llena de frustración, se acostó a dormir la siesta.
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Lali llegó a su casa cerca de las 19hs. Entró, dejó su bolso en el sillón y fue a darse una ducha. Disfrutó mas que nunca el agua tibia sobre su piel, mientras trataba de que el cansancio de toda la semana se fuera con el agua. Salió más relajada y mientras se dirigia a su cuarto, envuelta en el toallón, escuchó al rubio, que al parecer ya había llegado, hablando por teléfono en el living.
- Si, mi amor... te digo que acá esta todo bien...- exclamaba sonriendo.- Contame como va todo allá ¿Ya empezaste a laburar? ¿Cómo esta el hotel?... Que bueno hermosa, de verdad... Si, yo también te extraño...- sonrió mientras se daba vuelta y, de repente, su mirada se cruzaba con la de Lali, que reaccionando luego de unos segundos, le dirigió una sonrisa cómplice no muy convincente y despareció tras el pasillo.- Si si...- siguió el rubio, perdiendo un poco el hilo de lo que le contaba su novia.- Dale, llamame mañana y hablamos mejor, no te preocupes, hermosa. Un beso, cuidate.
Cortó la comunicación y se sentó en el sofá, luego de servirse un vaso de agua. Unos minutos después, la morocha volvió a aparecer, con unas calzas, una remera holgada y el cabello húmedo sobre los hombros.
- ¿Todo bien, morocha?- preguntó él, con una gran sonrisa, acercándose a saludarla con un beso en la comisura de los labios.
- Si, rubio ¿vos?- sonrió.- ¿Cómo esta mi amiga? ¿Llegó bien?
- Si, me dijo que estaba todo bien...
- Que bueno... esperemos que el laburo salga genial, se lo merece... Además ya sabes como es eso y... - siguió hablando sin parar hasta que el rubio le anunció que se iba a comer con un amigo.
- No me extrañes, morocha.- bromeó mientras agarraba su campera.
- Voy a hacer un intento...- sonrió ella, con desdén.
Él se acercó a la puerta, pero se volvió un momento y, sobresaltandola, la tomó de la nuca y le dio un breve pero intenso beso.
- ¡NIC...!- logró exclamar ella antes de que sus labios la callaran.
- Nos vemos, morocha...- sonrió él, saliendo tras la puerta y riendo ante la expresión de desconcierto de Lali.
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Una rubia, de pelo largo y lacio, estaba sentada en un bar, junto a la ventana. Tomaba un café y miraba impacientemente su reloj, hasta que su rostro se relajó y formó una sonrisa.
- Perdón, gordi...- se disculpó otra rubia, mientras se sentaba en la mesa.- Se me hizo re tarde, amiga.
- Todo bien, Jime.- sonrió Mery, mientras pedían otro café y algo para comer.
- ¿Ya pensaste que vas a hacer Meru?- preguntó la recien llegada.
Ella la miró con reproche.
- Jime, ya te dije que...
- Si, ya que no queres hablar de esto, gorda...- interrumpió Jimena, convencida.- Ya sé lo que te pasa, lo que pensas, lo que te gustaría hacer...- le dedicó una sonrisa.- Sos mi mejor amiga, Meru. Pero este tema no te involucra solamente a vos... y cuando hay que tomar decisiones por otros, las cosas se ponen mas dificiles. Vos ya sabes lo que pienso al respecto. Pero como te dije, sos vos la única que puede elegir. Yo y el resto de la gente solo podemos opinar, amiga. Pero vos tenes que hacer algo, y cuanto antes lo hagas, mejor.
Mery bajó la cabeza y tomó otro sorbo de café. Luego miró a su amiga con un dejo de tristeza.
- Lo se, Jime. Pero no es fácil...
- Ya se que no es fácil, amiga. Pero es importante.- Mery siguió tomando su café.- Bueno, cambiemos un poco de tema...- sonrió.- Contame como te esta yendo en ese trabajo que conseguiste...
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Eran cerca de las 21hs cuando el timbre sonó y Vico se acercó a abrir para encontrarse con la cara sonriente de su amigo.
- ¡Nico!- exclamó mientras lo abrazaba.- ¿Cómo andas, macho? ¡Tanto tiempo!
Entraron entre risas y se acomodaron en el sillón, mientras charlaban de las cosas que les habían pasado en ese tiempo sin verse. La pizza llegó unos 40 minutos mas tarde y ellos seguían charlando, mientras tomaban unas cervezas bien frias.
- ¡No puedo creer lo de tu primo! ¡Flor de garca!- exclamaba Vico indignado.- ¿Pero donde estas parando ahora, entonces?
El rubio le dedico una sonrisa que Vico no pudo dejar pasar.
- ¡Jodeme! ¿Estas con alguna minita?- le tiró un almohadon.- ¡Te la tenías guardada!- bromeó.
- No, pará...- lo frenó él.
- ¿Para qué? ¿Estas o no estas?
- Si, estoy... estoy de novio pero...
- Pero nada...- siguió bromeando el morocho.- No lo puedo creer, papu.- ¡Te engancharon!- sonrió.- Y ya te quedás en su casa y todo... ¡tiene que ser algo serio!
- ¡No me estoy quedando en su casa!- exclamó el rubio, tomando un poco más de cerveza.
- A ver...- sonrió Vico mientras apoyaba su vaso en la mesa.- No entiendo nada, man. ¿Dónde te estas quedando entonces?
- Es complicado...
- Dale, papu... no jodas... no soy lo que se dice moralista justamente.- le dedicó un guiño cómplice.- Contame... ¿Estas en lo de otra mina?
- En realidad...- se acomodó sobre el sillón.- Bueno, Euge, mi novia, se fue unos dias a San Martin de los Andes por trabajo. Y yo me estoy quedando en la casa de Lali, que es su mejor amiga...
- ¿Entonces ella lo sabe?
- No... no sabe nada...
- ¿Y con esa Lali pasa algo?
Nico no pudo evitar sonreir.
- A te estas metiendo en un lindo quilombo...- sonrió Vico.
- Si... no se... igual ninguna de las dos es muy... bueno... son las dos bastante rápidas... no creo que le importe. De hecho estoy pasando una semana bastante intensa...
- ¿Pero que onda con esta mina? ¿te gusta?
- ¡Como no me va a gustar! Vos porque no la viste... es una morocha infernal... ademas es divina... pero nada, es solo... vos entendes... la situación lo hace todo mas exitante... es solo sexo... a Euge la quiero y esta todo bien con ella...
- Si vos lo decis...- sonrió Vico, sin convencerse.
- Bueno, ¿y vos que onda? Porque no creo que estes en abstinencia justamente.
Esta vez fue el morocho el que sonrió.
- La verdad que no... estuve con Mery un par de veces...- sonrió.- Genial como siempre...
- Hace rato que no la veo a la rubia...- comentó Nico. Después le sonrió.- Y si, es imposible pasarla mal con Mery. Aunque había estado medio desaparecida el último tiempo...
- Si, me dijo que había tenido que irse de viaje, o algo asi.
- Que raro...- se extrañó Nico.- Bueno... ¿y alguna otra chica?
Vico sonrió aún mas.
- Bueno, si... pero es complicado también...
Nico rió con ganas.
- Jaja ¡me encanta! ¡contame!
- Bueno, es la hermana de un compañero y amigo de la facu.
- Ahhhh ¡y después decis que el jodido soy yo!
- Si- rió aún más.- Pero bueno, no se... es chica, ¿entendes? eso me frena un poco... aunque es hermosa la pendeja... y experimentada también...- exclamó con un guiño.
- Bueno, la verdad que estamos en el horno, amigo- sonrió Nico, mientras abrian otra botella de cerveza y seguian disfrutando de una noche de amigos.
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Eran las cerca de las 23hs, y Candela estaba lista. Había dormido una siesta reparadora que la había ayudado a decidirse. Ahora estaba lista, sonriendo frente al espejo. Llevaba el cabello recojido y unos grandes aros colgaban de sus orejas. Vestía una mini de jean, unas sandalias cómodas y vistosas y una remerita blanca espampada y ajustada. Se puso un saquito y le avisó a su mamá y a su hermano que salia con unas amigas. Sin embargo, cuando se subió al remis que pasó a buscarla, se dirigió a otro lugar.
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Nicolas y Vico seguían riendo, mientras la cantidad de botellas de cerveza vacías se iba incrementando.
Cuando se apagaron un poco las risas después de la última anécdota, Vico se puso un poco serio nuevamente.
- El otro día volvía a ver a Mariana... - dijo finalmente, mientras su amigo lo miraba extrañado.- ¿Te acordas?- siguió el morocho.- La chica que iba a mi colegio, cuando estaba en el último año.
- ¿Esa con la que te acostaste en la fiesta de egresados?
El morocho asintió.
- Pero era una nena... ¿o no? ¿cuánto tenía? ¿14?
- Si, mas o menos... pero bueno, la cosa es que yo... bueno, vos sabes como era en ese entonces... no me importaba nada... pero hice todo mal... me porté muy mal con ella... no se lo merecía...- exclamó amargado.
- Bueno, man... no importa...
- Si, si que importa, Nico... el otro día me la crucé a la salida de un boliche. Fue solo un segundo ¿sabes? A pesar del tiempo que pasó sé que era ella... y sé que no me perdonó, sé que no se olvidó de todo lo que le hice...- continuó frustrado.
- ¿Nunca te pudiste sacar de la cabeza lo de esa mina, no?- se compadeció el rubio.- Pero no te preocupes, de verdad lo digo... seguro que ella ya se olvidó de todo... y sino, estoy seguro de que si realmente lo querés, podes encontrarla y sacarte este peso de encima... decirle lo que pasó, no se... pedirle perdón...
- Si, pero...- se calló de repente, al sentir que sonaba el timbre.
- ¿Esperabas a alguien?- preguntó Nico.
- No...- se extrañó el morocho, mientras se alejaba para responder y saber quien era.
Volvió unos segundos después, con la sonrisa nuevamente en su rostro.
- ¡Es Candela!- exclamó entre la euforia y la sorpresa.
- ¿Candela?
- SI, Candela, la minita de la que te hablé hoy...
- ¿La hermana de tu amigo?
- Si
- ¿Y que hace acá?- sonrió con ganas.- ¿Quiere un poquito mas de acción?- le guiñó un ojo, mientras el morocho reia.
- La verdad que no tengo idea.
- Bueno...- volvió a reir.- ¡Pero si quiere acción me la vas a tener que compartir eh!
- Veremos...- exclamó el morocho mientras le abría a Candela.
La morocha entró con una sonrisa en la cara. Estaba cuidadosamente maquillada y arreglada.
- ... si, entonces lo pensé y decidí venir a...- se detuvo al cruzarse con el rubio.- Ay perdón, negri... no sabía que estabas ocupado...
- ¿Lo decis por mi?- sonrió Nico, acercándose a saludarla seductoramente.- No hay ningún problema. Soy Nicolas.
- Yo soy Candela.
- Es un placer...
- Gracias.- sonrió.- Igualmente. Pero de verdad, si están ocupados yo mejor...
- No, flaqui, esta todo bien, de verdad.- la tranquilizó Vico.
Unos minutos después estaban los tres nuevamente en el sillón, bebiendo cerveza y riendo a carcajadas.
- Fue genial... ¡no se dan una idea!- reia la morocha.
- Sos tremenda, nena...- bromeó Nico, alegremente, mirando con complicidad a su amigo.
Alentados por el alcohol y la confianza, Vico abrazaba a Candela, acariciando su espalda y acercándola cada vez mas, hasta que ella tomó la iniciativa y dejó que sus labios se unieran en un apasionado e intenso beso, lleno de deseo. Sin pensarlo dos veces, la morocha deslizo una de sus piernas al otro lado de Vico y se sentó sobre él, rodeando su cuello con los brazos y apretujándolo mientras sus lenguas se unían cada vez con más intensidad.
Nico se quedó sentado en el otro costado del sillón, sin poder sacar la mirada de ella, que de repente se alejó un poco de Vico solo para deshacerse de su remera y de la de él. El rubio, sin poder contenerse, dejó que una de sus manos se deslizaran hasta su pantalón, sintiendo como su miembro empezaba a tomar forma por la calentura que le daba viendo a su amigo cogiendose a esa nena divina.
Candela acariciaba la espalda del morocho mientras seguía besándolo con fiereza. Vico aprovechaba el abrazo intenso para deslizar sus manos sobre su sostén y bajarlo, cuidadosamente. Así logró que sus dedos empezaran a pellizcar sus pezones, mientras sus labios se trasladaban al cuello descubierto de la morocha.
- Ayyy siiii negrii, seguí
Vico no se hizo esperar. Sus besos terminaron de cubrir su cuello y fueron bajando con fiereza, hasta llegar a sus pechos, donde se dedico a chuparlos y morderlos, lleno de deseo, mientras la morocha no paraba de gemir.
Nico ya estaba con la pija afuera, pajeándose cada vez mas rápido. Entre suspiros, Cande lo vio y sonrió, haciéndole señas para que se acercara. El rubio se acercó y Cande le dijo algo al oído.
Luego se paró, deslizando su ropa interior y dejándose solo la mini de jean que llevaba. Desabrochó los pantalones de Vico, arrodillándose a su lado en el sillón, de costado, y se metió su pija en la boca. El morocho ejercía presión, tomándola del cabello, para que cada vez entrara más adentro de la boca de la chica, que la chupaba mientras lo miraba con su mejor cara de puta. Mientras tanto, Nico, como le había pedido Cande, empezó a manosear la colita de la morocha, levantándole la falda. La tocó, mientras le metía los dedos y le pasaba la lengüita, lubricándola para poder penetrarla.
Sin poder más, se terminó de sacar los jeans y empezó a rozar su pija la cola de la chica.
- Ay, siiiiii flaqui- gritaba Vico. – Ahhh que buena que sos, nena!!! chupamelaa!!! no pareeesss!!!!
- Ahhhhhhhhhhhh- gritó Cande cuando sintió que la pija del rubio entraba en su colita.- Pero no pudo seguir gritando porque Vico se hizo que su boca volviera a encargarse de su pija.
Cuando sintió que estaba por acabar, la dejó gritar en paz.
- Ayyyyyy siiiii mas adentroooo Nicooooo!!!- gritaba la flaqui, moviendose como una loca al sentir semejante pija en su interior. Nico siguió con los vaivenes, cada vez mas fuertes, hasta que sintió que estaba por acabar.
- Ya llego, preciosa!!!! ahhhhhhhhhhhhhh- gimió mientras le llenaba el culito de leche.
Cande, todavía con la respiración agitada y una sonrisa llena de placer, se paró y le dio un beso apasionado al rubio, que la abrazaba con fuerza contra su cuerpo. Luego la chica se separó y, con una sonrisa, se dirigió a Vico, colgandose de su cuello y arañando su espalda, llena de deseo.
Vico le hizo señas a Nico y fueron los tres a la habitación, Cande todavía colgada del chico. Una vez allí, Vico se sentó sobre el borde de la cama, con Cande sobre él. Dejó que ella frotara su conchita sobre su pija, completamente parada.
- Ahhhhhhh como me gustas, pendejaaaaa- murmuraba mientras besaba su cuello y la abrazaba, sintiendo que su cuerpo no aguantaba más. Quería sentirla dentro suyo.
Tomó su pija y lo puso en la entrada de la conchita mojadita de la chica.
- ¿Querés que te la meta, mi amor? eh! queres, putita???
- Siiiiiiiii Negriiiiiii – gritó ella, antes de levantarse sobre sus rodillas y dejarse caer de una en la pija de Vico, pegando saltos como loca mientras sentía que su cuerpo estallaba.
- Ahhhhhh siiiii mi vida no pareeees- gritaba Vico, con la respiración agitada.
Cande lo empujó, logrando que cayera sobre la cama, y se recostó sobre él, sosteniéndose con los brazos a cada lado del chico, mientras seguía cabalgado desenfrenadamente sobre él.
- Ahhhhhhh siiii como me gustas Negriiiiii – murmuraba entre gemidos.
Vico volvió a pararse y, de un solo movimiento, logró que ella quedara abajo, recostada, mientras él, de rodillas, seguí cogiendola.
Nico aprovechó la posición en que se encontraban, deslizó una de sus rodillas sobre el pecho de la jóven y dejó su pija adelante, para que pudiera chuparla, mientras Vico gemía de placer, a punto de llegar al clímax.
Cande sonrió, completamente agitada, y se metió la pija del rubio en la boca, atragantandose con el movimiento, mientras disfrutaba del trabajo que estaba haciendo Vico con ella.
- Ahhhhhhh voy a acabaaaar flaquiiiiiii- advirtió antes de sentir que los dos lo hacían al mismo tiempo. Apenas el morocho se salió del interior de Cande, Nico no perdió el tiempo. Se puso en la posición que primero había probado Vico y besó a la chica lleno de deseo, sentandola sobre él.
- ¿Estas muuuy caliente, puta?- murmuró en su oído.
Ella asintió con una sonrisa.
- ¿Nos bancas a los dos? ¿Te animas a que te la metamos los dos a la vez, linda?
- Siiiii – contestó ella, poniendo voz de nenita.- Siiii los quiero a los dos adentro.
Nico sonrió y dejó que ella se sentara sobre él. Se recostó en la cama mientras ella, cada vez mas agitada, cabalgaba en cuatro sobre él.
Vico, mientras, empezó a tocar su colita. Hizo una señal y la morocha aminoró el ritmo, dejando que el Negri entrara en su colita.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh- gimió al sentir a los dos adentro. Luego se tomaron unos segundos para sincronizar los movimientos, y siguieron con los vaivenes, cada vez mas acelerados, mientras ella se dividía entre el dolor y el placer extremo que le estaban dando esos dos chicos.
- Ahhhhhhhhhh siiiiii no parennnn!!! ahhhhhhhhhhhhhhhh me encanta!!!!! mas fuerte!!!! maaaaaaasssssssssssss!!!!!
Los chicos seguían aumentando la velocidad, calentandose con los gritos que daba la morocha. Cuando sintieron que estaban por acabar, salieron de ella y la hicieron arrodillarse en el piso. Ella sonrió y empezó a pajear y chupar la pija de cada uno, hasta que los dos acabaron en su carita.
- Ay chicos, eso fue geniaaaal – sonrió ella, un rato mas tarde, cuando los tres estaban nuevamente vestidos, en el sillón, haciendo zapping en la tele.
- Si, te la re bancaste, nena… sos una diosaa – sonrió Nico, guiñiándole un ojo. Luego se dirigió a su amigo.- Yo ya me voy a ir yendo, papu… Se hizo tarde y tengo un viajecito…
- Dale, negro… maneja con cuidado.- bromeó- Mira que te paran y vas en cana...- rió.
- No te preocupes…Nos vemos hermosa.- saludó a la chica con un breve pero intenso beso- Nos vemos, papuuu- abrazó a su amigo.- Cuidate y no desaparezcas…- bromeó mientras salía.
Cuando se quedaron solos, Cande y Vico se acurrucaron en el sillón.
- ¿Te quedas a dormir, flaqui?- susurró el chico a su oído.
- Si no te jode…
- ¿Cómo me va a joder? ¿Me estas jodiendo?- sonrió.- Eso si, me vas a mal acostumbrar…- bromeó.- No estoy acostumbrado a despertarme con semejante belleza al lado…
- No se porqué, pero no te creo nada…- rió ella, arrojándole un almohadón.
Luego, entre risas, se fueron a la cama.
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