CAPITULO UNO
CAPITULO UNO
N/A: El siguiente fic contiene lenguaje adulto y sexo explícito. Menores de 18 leen bajo su responsabilidad.
CUENTA NICO:
Estaba en el sillón con Euge. Salíamos hace tres meses y las cosas iban cada vez mejor. Era hermosa y me encantaba todo de ella: sus ojos, su pelo, su sonrisa, su cuerpo... Nos habíamos conocido en una fiesta, durante las vacaciones. Habíamos salido un par de veces y finalmente habíamos decidido ponernos de novios. Algo raro en mi, que prefería las relaciones abiertas. Ninguna mujer lograba retenerme demasiado tiempo. Pero había decidido intentarlo.
Ella me besaba mientras enredaba sus brazos alrededor de mi cuello y yo rodeaba su cintura. Se paró y se acomodó encima mio, dejandome sentado en el sillón y sentandose sobre mi, mientras sus piernas tocaban el respaldo del sillón. Mis manos frias empezaron a escurrise bajo su remera, tocando su piel tibia, y subiendo por su espalda, sin dejar de besarla. Su respiración empezó a agitarse y la mia también. Necesitaba que fuera mia. Aumenté la pasión de los besos mientras empezaba a subir su remera, hasta sacarsela. Ella se deshizo rápidamente de la mia, y me abrazó con fuerza, rozando mi espalda con sus uñas.
Mi miembro empezó a aumentar su tamaño bajo los pantalones y ella sonrió con picardía y empezó a moverse encima mío. Yo me acerqué a su cuello y empecé a besarlo con pasión, bajando hasta sus pechos, que todavía se ocultaban bajo el sostén. Empecé a morderlos sobre la tela, mientras ella dejaba escapar unos suspiros que solo aumentaron mi temperatura y sus movimientos sobre mi.
Sin aguantarlo mas, bajé su sosten y chupé sus pechos, de a uno, con dedicación y desesperación a la vez. Mis manos los apretaban mientras mi lengua hacía círculos en sus pezones, endureciendolos. Ella empezó a gritar y a moverse cada vez mas rápido sobre mi miembro, que estaba a punto de estallar.
- Que hermosos pechos que tenes, mi amor...- logré decir, entrecortadamente.
- Son todos tuyos- exclamó, gritando de placer, acariciando mi cabello con fuerza y presionando mi cabeza sobre sus pechos, mientras yo seguía chupandolos.
Finalmente, se bajó del sillón y me desabrochó los pantalones, bajandomelos sin dejar de mirarme con picardía. Bajó mis boxers y, tras lanzarme una última mirada, empezó a acariciar mi pija antes de metersela en la boca. Dios, era el paraiso. Empezó delicadamente, pasando su lengua con delicadeza, y luego fue metiendosela un poquito mas adentro, hasta el fondo. Yo guiaba sus movimientos con mis manos, agarradas de su cabello. Noté cómo se desabrochaba la falda y se la sacaba, acariciando su concha sobre su ropa interior. Empezó a acelerar y yo segui el ritmo hasta metersela hasta la garganta, debido a mi exitación. Al ver que estaba por acabar, bajó un poco el ritmo, sin dejar de mirarme, y volvió a pasar lentamente la lengua en la punta de mi pija.
Yo estaba muy agitado por la exitación. Ella se acercó, mordiendose el labio.
- ¿Me la queres meter, bonito?- preguntó seductoramente.
Sin llegar a contestarle la tomé de la cintura para que volviera a sentarse sobre mi. Besé nuevamente sus pechos mientras con mis manos, le sacaba la tanga, aprovechando para tocar su concha y notar que estaba muy mojada. Eso me calentó todavia mas. Seguí chupando sus tetas y su cuello le metía dos dedos adentro. Ella largaba pequeños suspiros y movía sus caderas para que mis dedos le llegaran mas adentro. Finalmente le di una última chupada a sus tetas y saqué mis dedos humedos. La besé y luego metí mis dedos en su boca, para que chupara sus propios liquidos. Ella se los metió en la boca y los chupo, mientras me miraba llena de calentura.
- ¿Estas lista?- exclamé, entrecortadamente.
Ella se apoyó en cunclillas, dejando su concha a la altura de mi pija, que estaba bien parada, y logró que me metiera dentro suyo de una, mientras pegaba un grito tremendo que me volvió loco. Puse mis manos en su cintura y aceleré el movimiento.
- AHHHHHHHHHHH, siiiii, bonitoooo, metemela bien adentrooooo.
- ahhhh ¿te gusta, hermosa?
- me encantaaa, como me gusta que me cojas, mi amor.
Ella seguía gritando y yo llegaba al paraiso. Pasaron varios minutos, en que nuestros gritos se fueron intensificando.
- Ahhhhhhhhhhh, que buena que estas mi amor, te cogeria todos los dias...- exclamaba con la poca respiración que me quedaba, mientras ella me daba pequeños besos en las embestidas.
- Cogeme todos los días, bonito... soy tuyaaa
- ¿Solo mia, putita?
- Si, soy tu putita, metemela mas adentrooooo
- Estoy por acabar mi amor- exclamé, tratando de parar, pero ella siguió para que acabara dentro suyo, y asi fue.
Volví a besarla mientras la recostaba en el sillón, abriendo sus piernas.
- Que mojadita que estas, mi vida- exclamé, relamiendo mis labios mientras acercaba mi lengua a su concha.
Ella tomó mi cabeza y me obligó a empezar a chuparsela, cosa que hice sin quejas. Con mis manos abrí sus labios y metí mi lengua bien adentro, llegando hasta su clítoris, mientras miraba sus caras de placer y sentía que mi pija volvía a pararse.
- ¿Te gusta, putita?- logré decir, mientras ella volví a empujarme dentro suyo. Yo aprovechaba para pajearme.
Acabó en mi boca y me tragué todo su líquido.
- ¡Que bien que me la chupas, bonito!
- ¿Te gusta? ¿Querés mas?
Ella asintió, mientras se acomodaba nuevamente en el sillón, en cuatro. Me mostró la colita, acariciandosela, y me miró con picardía.
- La quiero por atras... - pidió.
Me mordí el labio y empecé a meterle los dedos mientras me seguí pajeando para que mi pija tomara más forma. La acerqué a la punta de su colita, sin meterla, haciendola dar circulos en la punta, mientras estiraba mis manos y acariciaba sus pechos, que se movían mientras ella pegaba su colita en mi pija.
- Metemela, Nicoooo, la quiero adentrooo- me pidió una vez mas, gimiendo de ansiedad.
Volví a poner mi pija en la punta de su colita y, tomando sus caderas, se la metí de una.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhh, siiiii, me encantaaaa- gritaba.
Mis embestidas eran cada vez mas fuertes y ella no dejaba de gritar, en una mezcla de dolor y placer que me estaba matando.
Empecé a darle nalgadas mientras gemia.
- Dale putita, movete mas, dale mi amor...
Ella apoyó sus manos en el respaldo del sillón y siguió mi ritmo, sin dejar de gemir hasta que acabé dentro suyo. Los dos disminuimos los movimientos, agitados como estabamos. Nuestros movimientos eran cada vez mas lentos. Saqué mi pija de su colita y me senté el sillón. Ella se sentó sobre mi y me abrazó, besandome.
- Que bien que la paso con vos, bonito. Te amo!
- Yo también, mi amor.- dije, mientras acariciaba su cabello y le daba besitos en el cuello.
Estuvimos así un buen rato, hasta que mirando por la ventana, me di cuenta de lo tarde que era.
Me vestí mientras ella me hacía puchero.
- No quiero que te vayas, mi amor. Quedate conmigo.
La besé.
- No puedo hermosa. Mañana tengo que trabajar y además todavia tengo que preparar el exámen de Biología para el ingreso a la Facu. No se como voy a hacer.
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