sábado, 30 de noviembre de 2013

CAPITULO SEIS

CAPITULO SEIS

 

CAPITULO SEIS
 
N/A: El siguiente fic contiene lenguaje adulto y sexo explícito. Menores de 18 leen bajo su responsabilidad. 
 
CUENTA CANDE:

Llegué a casa y me recosté en el sillón. ¡No podía creer que me había cojido al profe de Biología! Era el sueño de varias... y yo lo había conseguido. Cada momento, cada caricia, cada sensación, todo hacia replay en mi mente y mantenía la calentura a flor de piel. Saqué un poco de jugo de la heladera. Mis viejos no estaban y mi hermano llegaba recién en un par de horas, asi que no iba a perder tiempo cocinandome algo. Estaba por prender la tele cuando sonó el timbre. Extrañada, me acerqué a abrir. Del otro lado había un morocho impresionante. Tenía el pelo oscuro y ojos marrones. Una remera blanca resaltaba su torso marcado y dejaba al descubierto unos brazos increibles.
- Hola- saludó cordialmente.
- Hola- sonreí, sin dejar de pensar en lo que sería tener a semejante pibe en la cama- ¿Vos sos...?
- Soy Vico... buscaba a Benja, somos compañeros en la facu...
- Ahhh ¿Qué tal? Soy Cande, la hermana. Le ofrecí la mano. El la tomó y me acercó para darme un beso en la mejilla.- Benja no está...- logré decir.- Fue a un partido con unos amigos. Debe volver en hora y media o dos horas...
Pareció contrariado.
- ¡Que bajón che!- se lamentó- Necesito que me preste unos apuntes que son para pasado mañana, y el mañana no cursa.
- ¿No querés volver más tarde?- propuse.
- Es que vivo bastante lejos...
- ¿Querés esperarlo?- sonreí.
El vaciló.
- ¿No te molesta?
Negué con la cabeza.
- No, para nada. Además estoy sola en casa. Recien llegué del cole.
Sonrió prestando atención a mi uniforme.
- Ok. Gracias, de verdad. Te lo agradesco.
Lo hice pasar. Se sentó en el sillón. Le ofrecí un poco de jugo y le dije que volvía en un momento.
¡Dios! Lo que era ese pibe...  Fui al baño y me saqué la tanga. Estaba un poco húmeda por la calentura que me había provocado ese morocho. Acomodé mi falda y desabroché un poco mi camisa hasta sacarme el sostén. Luego volví a abotonarla, aunque no del todo.
¡Ah! Ahora si... ¡Me encantaba estar sin ropa interior...!


CUENTA VICO:

Candela volvió y se sentó en el sillón que estaba frente a mi. Era divina la pendeja. Flaquita, con una sonrisa compradora y seductora. Todavía llevaba el uniforme del colegio. Estuvimos hablando de algunas tonterías cuando estiró las piernas para apoyarlas en el respado del sillón, recostandose un poco. Sus piernas estaban algo separadas y su falda era muy corta, por lo que se debía ver su ropa interior. Sin embargo, pude ver, a lo lejos, los pelitos de su concha. ¡Estaba sin ropa interior!
Perdí un poco el hilo de la conversación porque me estaba calentando que fuera tan puta. Ella movía sus piernas a proposito, con su mejor cara de ingenuidad, y yo no podía evitar desviar la mirada a cada rato para mirar su conchita e imaginarme lo mojadita que debía estar.
- ¿Querés mas jugo? ¿O un café? No se... ¿algo?- preguntó levantandose del sillón. "A vos entre mis piernas"  pensé, pero le dije que un café estaba bien. Tardó unos minutos y volvió con una taza.
- Dejala ahí- dije señalando la mesita ratona que estaba frente a mi. Se agachó para dejar la taza, dejando todo su culito frente a mi. La falda era corta y al no tener ropa interior, pude verlo en primer plano. Sin poder aguantar un segundo mas, empecé a acariciarlo con mis manos. Ella dejó escapar un suspiro mientras yo presionaba su espalda para que no se incorporara y empezaba a besar y manosear su colita.
- ¿Te gusta bebe?- dije en un susurro.
Ella asintió, sin poder hablar. Me incorporé y la acerqué a una silla que estaba frente a un escritorio. La senté allí y me agaché. Abri sus piernas, apoyandolas en mis hombros, y abriendo sus labios vaginales empecé a meterle la lenguita. La metía cada vez mas adentro, explorando su interior y disfrutando su humedad. Empecé, también, a meterle un dedo, luego dos. Ella levantaba los brazos y se agarraba del respaldo de la silla, arqueando su espada y presionando mi espalda con sus piernas para que ejerciera mas presión sobre ella.
- Ahhhhhhhhhhhhhh- dijo finalmente, mientras presionaba mi cabeza sobre su conchita y dejaba escapar un líquido claro, que absorví con mis labios.
- ¿Te gustó?- pregunté, acercandome.
- Siiii- dijo rodeando mi cuello y besandome apasionadamente. Empezó a desabrochar mis jeans. Bajó mis pantalones. Esta vez fue ella la que me hizo sentar en la silla. Primero se sentó sobre mi, besando mi boca y mi cuello, y frotando su conchita mojada sobre mi boxer.
- Ahhhhhh siiii, mas fuerte, puta!
Cuando vio que estaba al palo se agachó, y corrió el boxer. Mi enorme pija salió erecta y ella sonrió. Empezó a frotarla con sus manos, subiendo y bajando, mientras pasaba suavemente su lengua por la puntita. Después se la metió toda en la boca. Entraba y salía con desesperación, tratando de cubrirla toda, y atragantandose. Finalmente se levantó y volvió a sentarse sobre mi. Tomó mi pija y empezó a frotarla sobre su conchita, haciendo movimientos redondos. Finalmente no aguantó mas y se dejó caer sobre ella, pegando un grito.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh- exclamó mientras empezaba a saltar sobre mi.
Yo la tomé de las caderas. Era tan flaquita que podía manejarla sin problemas ,asi que pude acelerar al máximo los movimientos.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh siiiiiiiiii, dale puta! mas rápido!!!! Ahhhhhhhh Dios!! que buena que estas, pendeja!
Pasaron unos minutos y creí que iba a estallar.
- Ahhh voy a acabar, linda!
- Ahhhhhhhhhhhhh- gritó ella, aferrandose a mi, abrazandome, mientras teníamos un orgasmo simultaneo. Suspiré, disfrutando la sensación de llenarle la conchita de leche tibia. Ella desaceleró su respiración, todavía con mi pija en su concha, haciendo movimientos suaves y redondos. Saqué su camisa y dejé al descubierto sus senos. Eran pequeños, pero sus pezones estaban duritos por la calentura. Ella seguía moviendose suavemente mientras yo pasaba mi lengua por sus pechos, chupandolos y succionandolos, apretandolos con mis dedos. Ella se arqueaba hacia atrás, con una cara de completo placer, y yo me volvía loco. Se mordió el labio mientras me rodeaba con sus brazos.
- Ahhhh- suspiró.- Que bien se siente tu lechita dentro mio, negri!
- ¿Te gustó flaqui?- sonreí.
- Me encantó!
Se levantó, con algunas gotas de mi leche saliendo entre sus labios vaginales. Acomodó un poco su falda y abrochó su camisa mientras yo buscaba mi ropa y me vestía.
- Podemos repetirlo cuando quieras, hermosa.
Ella sonrió y se acercó un momento a su mochila, que estaba en un rincón. Luego volvió con un trozo de papel y me lo dio.
- Cuando VOS quieras...- exclamó con un guiño.
Miré el papel y era un número de teléfono.
Sentimos un ruido en la puerta que no sobresaltó. Rápidamente me senté en el sillón mientras ella iba a la cocina.
Benja entró, sorprendido de verme.
- ¿Vico? ¿Cómo andas, pibe? ¿Qué haces aca?
Cande apareció en el living, con su mejor carita de nena inocente, y abrazó a su hermano.
- ¡BEN!- se colgó de su cuello.
- ¿Cómo anda mi enana favorita?
Ella golpeó su brazo.
- Le dije que te esperara porque vive lejos, un bajón si hacía el viaje al pedo.
- No te hagas drama, Can. Sos divina, hermanita!- comentó mientras se sentaba conmigo, charlabamos y me pasaba los apuntes. De reojo pude ver que Cande se iba a su habitación, lanzandome un guiño cómplice.
Pero no me preocupé, porque sabía que nos ibamos a volver a ver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario